miércoles, 30 de marzo de 2011

Tinta china, café negro y poesía...

El olor de la tinta se mezcla con el del café...
Te recuerdo, inmovil, con la vista perdida y tus labios entreabiertos,
pensando quizás en el dolor de una piedra
o en el qué sentirá el espejo que es esclavo de un reflejo.

Y me pierdo en las divagaciones que se funden con la música que inspira...
Ah, grata melodía que se funde con la noche,
con las estrellas y una luna que promete con hacer una pronta visita...

Dejo el estilógrafo a un lado y me dedico a recorrerte con la mente,
a desnudarte con la vista sin que estés presente,
porque vives unido a mi, tanto así que sólo me basta desearlo para tenerte en frente...

Sentir tu aroma a tabaco y tinta, oh dulce droga.
De repente, tu voz explota en mi cabeza como un sin fin de abejas,
tus ideas zumban mi memoria y caigo en cuenta que estás aquí presente.

No lo quiero pensar, te beso con desesperación loca, con sedienta locura,
con ansias que no son sólo mías, hasta podría decirse con furia.

Furia de no poder tenerte como pienso merecerlo, como quiero...
Y nuevamente te desvaneces como el aire,
explotas en un millón de gotas de agua y me quedo sola,
esperando tu pronto regreso y amarte por momentos,
así como llega la poesía, tan fugaz, espontánea e inadvertida
pero con impacto total que el éxtasis te duraría lo que dura el milenio,
pero soy egoista, egocentrista, una verdadera "Dionisia"
y voy por mas, a cada instante, a cada momento, en cada lugar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario